A la mañana siguiente me levante, cansada como en los últimos días, me puse mi bata y mis pantuflas para bajar a desayunar y encontré a mi madre cocinando, se veía diferente, con un aire alegre, tal vez mi padre se paso por su habitación antes de dejarnos..
-Buenos días, linda. -dijo dándose cuenta de mi presencia.
-Hola má, ¿y porque el cambio de humor? -le pregunté y vi un asomo de pánico en su cara que deshizo rápidamente.
-Emm.. pues nada.
Sirvió el desayuno y se sentó en la silla frente a mi, era el momento para decirle lo de anoche, lo del don, blablabla...
-Mamá, tengo que decirte algo -dije temerosa
-¿Qué pasa cariño? -preguntó con preocupación.
-Bueno.. tu sabes que mi papá, que el podía.. -no sabía como decirlo- él era capaz de ver fantasmas y eso.. -Su rostro se petrificó totalmente en cuanto terminé la frase.
-¿Tu.. tu como sabes eso?
-Esa es la cosa, anoche él.. -pero no me dejo terminar.
-¿Lo viste anoche? -dijo asombrada pero algo feliz
-Si.. platicamos y al parecer yo heredé el don
-Pero el don pasa al varón de la familia.. no lo entiendo.
-El tampoco -dije interrumpiendo sus pensamientos y su atención volvió a mi- pero cree que al ser yo hija única no hubo opción -dije bromeando y ella rió un poco, me alegro bastante ver ese cambio después de tantos días de puro llanto.
-Entonces que se le va a hacer -concluyó dando el tema por terminado.- y no te olvides que la próxima semana vuelves ya a clases.
Se paró de la mesa y se fue, lo había olvidado por completo tendría que empezar la preparatoria en una nueva escuela porque a la que asistía antes no tenía, y no conocería a nadie, eso me aterraba porque era algo mala haciendo amigos pero ya ni modo, lavé mi plato y me fui a vestir a mi habitación, la fantasía había terminado y tenía que ir a comprar los útiles ya que faltaban pocos días.
El resto de la semana pasó sin precedentes, fui a la tienda a comprar mis útiles y algunos libros que necesitaba aparte de otros que me habían recomendado, me había distanciado bastante de mis amigos pero con eso de mi papá no tenía ánimos de hablar con nadie, aunque no me importaba era solitaria por naturaleza y me gustaba pasar la mayoría del tiempo encerrada escuchando música en mi cuarto o leyendo (ya se, que aburrida soy).
Con respecto a los fantasmas el asunto seguía algo raro, me costaba mucho acostumbrarme a esto ya que era difícil saber quien estaba muerto y quién no pero algo dentro de mi, algo así como mi intuición me decía que, y como aún no sabía que haría con esto prefería no mirarlos ni mostrarles que los podía ver para no causar alboroto.
La duda seguía ¿que se suponía que debía hacer?¿tenían problemas o que? mi padre no me dijo porque seguían aquí y como el abuelo había muerto ya bastantes años atrás no creo que siga aquí, seguramente hablo con mi papá y se fue a donde sea que deban ir al morir.
Volteé a ver el reloj, ya eran las 11:00 de la noche y para mi mala suerte era domingo, mañana iniciaría la prepa y al no ser una adolescente normal no me entusiasmaba la idea, deje todas mis preguntas de lado y me acosté en mi cama para dormir, ya meditaría todo esto de los fantasmas y que hacer con ellos otro día.
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Pliss comenten, que no se si les gusta, bueno aunque no creo que les importe mucho tratare de publicar pronto pero con esto de las fechas vere que puedo hacer
2 comentarios:
Me gusta mucho tu historia....
muy...
emotiva?
sigue así!
hahaha pues yo me parezco algo en eso... de que me gusta estar en mi cuarto! pero a veces no tan aburrida hahaha si hablo con amigos y todo obvio :P y quienes me conocen de verddad saben que aunque muchos otros crean que soy algo antisocial no es cierto! hahaha
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